(1) MORIR TODAVÍA, de Kenneth Branagh.

MEMORIA PERDIDA
Kenneth Branagh es un irlandés protestante que a los 31 años de edad ha sido nombrado director de la Royal Shakespeare Company después de una brillante carrera como actor, dramaturgo y director teatral. En cine pudimos verlo en Un mes en el campo (1987) y en Temporada alta (1987), además de haber dirigido y protagonizado el film Enrique V (1989). Su deslumbrante y acelerada trayectoria profesional le ha valido el ser comparado con Orson Welles y con Lawrence Olivier, fama sin duda excesiva pero que le sirvió para que Sidney Pollack le encargara la realización de un thriller psicológico, acatando todas sus exigencias en cuento a equipo técnico y artístico, incluyendo a su propia esposa la actriz Emma Thompson.
Pero Morir todavía es un film ambicioso cuya complejidad narrativa deviene confusionismo en manos de Branagh, que se ha inspirado en el maestro Hitckcock para plasmar la historia de una mujer amnésica que sufre terribles pesadillas y que parece atrapada por el pasado y de un detective que intenta poner lógica en medio de un caos inexplicable que nos remite a los ambientes claustrofóbicos de los relatos góticos, a los crímenes espeluznantes y a las misteriosas reencarnaciones.
Al realizador se le escapa el control de las diversas influencias recibidas, que se ve incapaz de asimilar estilísticamente, y por ello la intriga resulta bastante artificiosa y burda, sin que el uso del color y del B/N para identificar cada una de las épocas del relato ayude a mejorar el resultado.
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