(1) DE REPENTE, UN EXTRAÑO, de John Schlesinger.

UN TÓXICO INQUILINO
Un joven y feliz matrimonio de San Francisco, necesitado de dinero, alquila una habitación de su casa a un hombre de apariencia casi perfecta: elegante, educado y con dinero. Entonces comienzan sus problemas, porque su inquilino no está dispuesto ni a pagar el alquiler ni tampoco a marcharse. Sus planes son otros: aprovecharse de que la ley está de su parte para provocar a los propietarios del modo más retorcido y cruel, a la espera de que su reacción sea constitutiva de delito.
La historia narrada por De repente, un extraño posee puntos de interés en su arranque, que sin embargo poco a poco se va diluyendo. Ello es debido, principalmente, a la casi nula verosimilitud del relato, a pesar de los constantes argumentos legales que se esbozan para justificar la contumaz actuación del arrendatario. Por otra parte, la película peca de una indefinición del género al que se adscribe, pues se aprecia una discutible mezcla de materias, temas y tonalidades, alternándose la comedia, el drama y el thriller sin que llegue a cuajar un film coherente y definido.
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