(2) POSTALES DESDE EL FILO, de Mike Nichols.

SEXO, DROGAS Y ROCK&ROLL
La presente película es una adaptación de la novela autobiográfica de Carrie Fisher, actriz y cantante hija de Eddie Fisher y Debbie Reynolds, centrando su atención en las conflictivas relaciones entre la protagonista y su madre.
Lamentablemente, Meryl Streep, por su fría y omnipresente pose de diva, no da el papel de mujer insegura e inmadura que el guión exigía, mientras que Shirley MacLaine borda su personaje de actriz madura que, con su careta de apariencias a cuestas, trata de ignorar el paso del tiempo. Las difíciles relaciones de ambas vienen ocasionadas por el carácter posesivo y dominante de éste, los celos profesionales ante los éxitos de su joven descendiente y los desequilibrios psíquicos de ambas causados por el abuso de alcohol y/o fármacos.
Muy divertido es todo lo relacionado con el cine dentro del cine, es decir, los rodajes de los films en que interviene la protagonista, donde se muestran los sorprendentes trucos —decorados, transparencias, etc.— utilizados para dar verosimilitud al relato, paralelamente a los intentos por aderezar su vida, prescindiendo de las drogas y buscando una relación afectiva estable en lugar de ocasionales encuentros sexuales.
Vale la pena ver Postales desde el filo sólo por las dos o tres escenas de enfrentamiento entre la Streep y la MacLaine, en las que las dos mujeres desnudas sus almas y donde mediante unos rigurosos diálogos y la meritoria labor de las actrices, se desvelan todos sus dramas interiores: el trágico paso de los años, la decrepitud física, el angustioso declive profesional, la inseguridad, el miedo a la soledad, el cariño asfixiado por las neurosis y las depresiones que se intentan superar con alcohol o narcóticos.
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