(2) JOE CONTRA EL VOLCÁN, de John Patrick Shanley.

PASIÓN POR LA VIDA
Nacida en el seno de la productora Amblin, fundada en 1981 por el director Steven Spielberg, Joe contra el volcán llama poderosamente la atención por su escasa vocación comercial a pesar de contar con un reparto formado por consolidadas estrellas hollywoodienses, encabezado por Tom Hanks y Meg Ryan.
El film de John Patrick Shanley, un célebre dramaturgo y exitoso guionista reconvertido ahora en debutante realizador de largometrajes, es una película extraña, tremendamente estilizada. Desde la utilización de la fotografía aunando técnicas radicalmente novedosas hasta el rodaje en estudio de los exteriores del océano Pacífico, pasando por una narración inusual, Joe contra el volcán deja patente su condición de parábola, de cuento para adultos, y su voluntad de escapar de cualquier lectura naturalista.
Joe Banks odia su trabajo. Se siente atraído por su secretaria, pero no se atreve a hablar con ella. Su vida cambia radicalmente cuando le diagnostican un tumor cerebral y le dan cinco meses de vida. En vez de deprimirse, Joe decide cambiar por completo su monótona y anodina existencia: abandona su empleo, pide salir a la chica de sus sueños y se ofrece como voluntario para un sacrificio humano en una isla perdida del Pacífico.
Como en un relato infantil, las cosas más inverosímiles suceden de la forma más natural. Como en una fábula, queda en primer término su talante moral que diserta sobre la identidad de la persona en una sociedad alienante y cuestiona los valores individuales desde un exótico distanciamiento.
Comedia, aventura y surrealismo convergen en un relato moderadamente entretenido que, sin embargo, despierta la simpatía por una frescura y un exotismo en las antípodas del fondo y la forma del cine USA actual, ese diseñado para reventar taquillas a base de espectacularidad y consabidas dosis del Sueño Americano.
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