(3) NOS HABÍAMOS QUERIDO TANTO, de Ettore Scola.

EL SENTIDO DE LA HISTORIA
Este film se estrenó en Valencia en junio de 1976 con el título de Una mujer y tres hombres. La censura franquista había amputado 21 minutos de metraje, referidos fundamentalmente a aspectos políticos, además de cambiar algunos diálogos, y venía galardonado con varios premios internacionales, además de constituir un gran éxito de público en Italia.
Ahora que he visto la película completa y en V. O. he releído mi crítica de entonces y no sólo ha aumentado mi aprecio por ella sino que lamentablemente ya comparto el escepticismo de Scola por cuanto las pequeñas miserias cotidianas suelen imponerse a los grandes ideales colectivos.
Por la pantalla desfilan 30 años de vida social y política italiana, desde la Resistencia anti-nazi a la fecha de realización del film (1974), a través de las diversas peripecias individuales de tres amigos y una muchacha, todo ello debidamente contextualizado mediante documentales de la época. Básicamente se contrapone el idealismo de un intelectual y de un obrero, coherentes con sus ideales de izquierdas pero sin alcanzar el bienestar económico, con el pragmatismo de un abogado trepador que se casa por interés con la hija de un rico contructor, marqués y ex-fascista. En medio, como una especie de catalizador, el personaje de Stefania Sandrelli, que sucesivamente se hace amante de los tres y que ilustra con lucidez el hecho de que sentimientos e ideologías siguen con frecuencia caminos divergentes cuando no contrapuestos.
Abundan las citas y los homenajes cinéfilos sin olvidar una concreta referencia a Antonioni que sirve para vehicular una crítica a la burguesía: el beneficio económico como única moral válida y la incomunicación entre las personas, la muerte de los sentimientos y la posesión de objetos como única vía de realización personal.
La película evidencia el desencanto de Scola, cineasta militante de izquierdas pero rabiosamente independiente, ante la evolución de la realidad italiana, donde las ilusiones de postguerra se desvanecen ante el “progreso” auspiciado por la Democracia Cristiana, por un liberalismo implantador de la economía de mercado, con el resultado del naufragio ético de todos, ricos y pobres, y de una miseria cultural que el film muestra tanto en la sesión de cineclub de Ladrón de bicicletas (1948) como en los vulgares concursos televisivos.
Nos habíamos querido tanto supuso una evolución de la llamada “comedia a la italiana”, una sabia combinación de humor y drama gracias a un hábil guión, a unos actores portentosos y a unas innovaciones formales que enriquecen el discurso fílmico: el relato como un flashback total, utilización del b/n y del color para distinguir épocas históricas, congelación del plano como recurso teatral para expresar íntimos pensamientos, narración en 1ª persona que introduce momentos de distanciamiento, escenas en clave onírica para expresar lo imaginario, etc.
En resumen, un film de visión muy recomendable, que emociona y que hace reflexionar.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.