(2) UNA ÁRIDA ESTACIÓN BLANCA, de Euzhan Palcy.

DESCUBRIR LA INJUSTICIA
Película de denuncia contra el régimen apartheid sudafricano, Una árida estación blanca es un drama judicial ubicado en los años 70 que retrata fielmente la política totalitaria de un país que segrega a los ciudadanos según criterios raciales sometiendo a la mayoritaria población negra frente a una privilegiada minoría blanca. En la línea de Grita Libertad (1987) y Un mundo aparte (1988), los protagonistas son blancos y el itinerario recorrido será el del paulatino descrubrimiento de la injusticia dominante.
No obstante, mientras que el grueso de los conflictos políticos y sociales pasan a un segundo plano, en primer término se sitúa la anécdota familiar y personal de ese profesor blanco y su toma de conciencia y de partido, encauzado a partir de un desencuentro que se torna conflicto abierto entre él y el capitán de la policía política.
Por otra parte, algunos de los aspectos más desatacables de Una árida estación blanca aparecen tratados de una forma epidérmica, desaprovechando la oportunidad de analizar y profundizar en mentalidades como la de la esposa —una especie de fascismo cotidiano que defiende sus intereses de los colonos y justifica la represión contra la población negra—. Tampoco queda expuesto, en toda su complejidad, el cambio de actitud del maestro, que durante muchos años no ha querido darse cuenta de la situación real que le rodeaba.
No obstante, bienvenido sea este comprometido film que alerta de las tentaciones liberticidas del poder político y condena los regímenes que coartan las libertades civiles de los ciudadanos. Todavía queda mucho por hacer.
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