(1) NUESTROS MARAVILLOSOS ALIADOS, de Matthew Robbins.

AMIGOS INTERGALÁCTICOS
Discreto relato fantástico rubricado con el característico sello Amblin, es decir, un cine comercial que combina la espectacularidad de los últimos avances en efectos digitales con el sentimentalismo propio de la factoría Disney.
Los empobrecidos residentes de un bloque de apartamentos amenazado de demolición por un grupo de especuladores urbanísticos consiguen la providencial ayuda de unos pequeños platillos volantes extraterrestres que necesitan la electricidad suministrada por los apartamentos para sobrevivir. En agradecimiento lucharán con ellos contra los especuladores.
El planteamiento de la historia es similar al del film Milagro en Milán (1951) de Vittorio De Sica, sustituyendo los ángeles celestiales por seres intergalácticos de aspecto robótico. El mensaje es similar al del mencionado estudio de animación estadounidense: las personas de buena voluntad son recompensados con “milagros” que les ayudan a superar cualquier trance o dificultad.
No faltan, evidentemente, los recursos emocionales y la apelación a la lágrima fácil, en un relato que logra entretener a ratos y que deja patente la concepción mercantilista del cine de la productora de Spielberg.
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