(2) UN MAR DE LÍOS, de Garry Marshall.

DULCE VENGANZA
El cuarto largometraje de Garry Marshall es una intrascendente pero entretenida comedia que se apoya en algo tan infalible como el cambio del status quo entre los protagonistas gracias a una oportuna amnesia, capaz de desencadenar una divertida sucesión de enredos.
Joanna Stayton, una rica y presuntuosa heredera, contrata al carpintero Dean Proffitt porque necesita en su yate un armario para guardar su lujoso vestuario. Cuando Dean fracasa en su encargo, ella lo despide sin pagarle. Poco después, al caerse por la borda, Joanna recibe un golpe que le provoca amnesia. Enterado del hecho por la tele, Dean se inventa una historia para hacerse pasar por su marido.
Inesperadamente, Un mar de líos sorprende por un guión sustentado en el encadenamiento de situaciones cómicas basados en la lógica del relato y sin tener que recurrir al humor facilón, cuya estructura y temática recuerda a ciertos modelos hollywoodianos de la época dorada. En este sentido, la construcción del guión se revela tan efectiva que uno consigue pasar un rato entretenido y reír a gusto con algunos excelentes gags.
Pese a no brillar en sus respectivos papeles, los actores Goldie Hawn y Kurt Russell logran insuflar ingenio e hilaridad en la relación amor-odio entre dos sujetos aparentemente antagónicos, siendo sus diálogos en forma de mordaces réplicas y contrarréplicas los mejores momentos de esta discreta pero amena comedia con aires clásicos.
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