(0) JUSTICIA DE ACERO, de Robert Boris.

FANTASMAS DE VIETNAM
En estas películas de rambos justicieros y destructores, las animaladas del héroe siempre vienen “justificadas” por las atrocidades del malvado de turno. Justicia de acero no es una excepción.
Pero lo peor es el resultado final: pésimos actores, guión incoherente, dirección chapucera… Se trata de un film con esquema de “cine de karate”, es decir, una venganza ejecutada mediante un interminable repertorio de peleas, golpes, tiros y persecuciones sin motivo que lo justifique. La adoración fetichista de las armas de fuego y la fascinación ante su poder mortífero es la única sinrazón de este subproducto a evitar cuidadosamente.
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