(2) EL CHIP PRODIGIOSO, de Joe Dante.

VIAJE AL INTERIOR DEL CUERPO HUMANO
La idea sobre la que se basa esta entretenida producción Amblin sigue la estela de Viaje alucinante (1966): un científico crea un aparato que permite reducir a personas y objetos a un tamaño microscópico para, entre otros usos, introducirlos en el cuerpo humano y poder curar lesiones y enfermedades.
Sin embargo, la fértil imaginación del film de Richard Fleischer —así como su capacidad por incitar a la reflexión— queda aquí debilitada por una trama un tanto forzada, por el predominio de un tono humorístico y por unos trucajes y demás efectos especiales bastante toscos.
Lo que podría haber sido una fantástica aventura queda reducido al típico relato hollywoodiense que irradia un desbordante optimismo basado en que por medio del esfuerzo y la fe en uno mismo cualquiera puede convertirse en héroe y triunfar en la vida. Esto es lo que le sucede al joven empleado del supermercado, tímido y despistado, ignorado por las guapas compañeras de trabajo, que acaba asumiendo el rol de protagonista de la función salvando la vida al científico que estaba empequeñecido e insertado accidentalmente en su propio cuerpo.
Aún así, El chip prodigioso es una agradable y amena aventura con abundantes dosis de fantasía y ciencia-ficción, enriquecido con algún que otro inspirado gag. De hecho, la interacción entre Dennis Quaid y Martin Short alcanza momentos delirantes. Ideal para distraer al público infantil.
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