(2) QUERIDO DETECTIVE, de Jim McBride.

POLICÍAS CORRUPTOS
Querido detective es un policíaco con ribetes de crónica negra, un relato repleto de violencia que incluye una intensa historia de amor y, en definitiva, una panorámica sobre el dislocado sur estadounidense que casi nunca prescinde de un tono desenfadado e irónico.
El buen oficio y la habilidad narrativa de Jim McBride logra amalgamar esa serie de elementos tan diversos en torno a una trama de corrupción policial en la que, con toda lógica, los guardianes de la ley buscan un sobresueldo o el asegurarse una jubilación tranquila a costa de los sobres ofrecidos por dueños de establecimientos dudosos o de alijos de droga procedentes de grandes traficantes “ajusticiados”.
Quizá uno de los aspectos más interesantes del film sea la denuncia de la corrupción como algo cotidiano, algo tan normal que los hijos sigan a sus padres o tíos en la elección de la profesión policial, estableciéndose en las comisarías una especie de clanes familiares donde la camaradería y el afecto corren paralelos a todo tipo de corruptelas y complicidades.
Realizado con medios limitados, Querido detective llama la atención por la ausencia de épica y de intenciones apologéticas, por la modestia de sus planteamientos y por la originalidad de su tono, características a las que no escapa la historia de amor y rivalidad entre el detective protagonista y la bella fiscal, capaces de enfrentarse con igual ardor ante el estrado del juezo como entre las sábanas de la cama.
Por ello, la película es una obra menor pero no desprovista de atractivos.
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