(1) OTRA HISTORIA DE AMOR, de Américo Ortiz de Zárate.

AMOUR FOU
La presente película es para la cinematografía argentina el equivalente español a Los placeres ocultos (Eloy de la Iglesia, 1977), es decir, un ejercicio de libertad de expresión mediante el que se ponen a prueba los límites de la censura en una época de transición o de consolidación democrática, concretamente a través de una historia de amor homosexual, cuestión en la que siempre han estado difuminadas las fronteras entre legalidad y moralidad, entre delito y pecado.
Pero si el film de Américo Ortiz de Zárate es loable por su intención progresista, por su tono liberal respecto a una sexualidad alternativa a la predominante, desde una perspectiva española actual no deja de parecernos excesivamente ingenuo e incluso un poco inverosímil, dada la escasa complejidad de los personajes, los diálogos literarios y el tufillo a fotoromance.
Que el alto ejecutivo de una gran empresa, cincuentón casado y padre de un hijo, se enamore de un joven empleado gay no resulte extraño. Por el contrario, me parece bastante forzado la forma de producirse el “ligue”, la ausencia total de antecedentes homoeróticos del jefe y el tono romántico del idilio, que alcanza el apoteosis en el desenlace, un desafío heroico a la intransigencia social, una vez que la pareja proscrita ha perdido trabajo y familia.
Este noble y valeroso reto al mundo, mediante el que la autenticidad afectiva y erótica se enfrenta a las terribles exigencias del entorno cotidiano, nos recuerda ese cine “progre” de años atrás cuya altura de miras no se correspondía con la endeblez de la construcción dramática del relato. Limitaciones que no encontramos, por ejemplo, en las crónicas mucho más prosaicas y realistas sobre el universo gay de un Fassbinder, La ley del más fuerte (1975), o de un Stephen Frears, Ábrete de orejas (1987).
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