(0) MANIQUÍ, de Michael Gottlieb.

LA FIGURA VIVIENTE
A los maestros del humor les bastaban ocho secuencias para realizar una comedia redonda. Los nuevos directores de la actual comedia estadounidense necesitan cincuenta para hacer una mamarrachada, con gags de pena, diálogos para besugos, personajes chabacanos y tufillo reaccionario. Maniquí, con guapito de turno, enamoradizo y tímido, es un perfecto ejemplo de todo lo antedicho. Y para chorradas, preferible quedarse en casa y ver la televisión.
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