(2) 52 VIVE O MUERE, de John Frankenheimer.

UN FILM REALIZADO CON OFICIO
Adaptación de la novela de Elmore Leonard, una típica trama criminal en la que un acaudalado empresario casado es víctima de una chantaje al ser grabadas sus relaciones íntimas con una jovencita utilizada para tal fin. Y si la película de Frankenheimer destaca de entre la mayoría de títulos estadounidenses que nos llegan es porque, sorteando el sensacionalismo y la espectacularidad como fórmulas primordiales, centra su atención en el drama humano de los protagonistas: un matrimonio cuya convivencia se ha deteriorado con el paso de los años, pero que ve afianzada su relación ante la amenaza exterior.
En el relato encontramos varias matizaciones que lo hacen interesante: los chantajistas van variando su estrategia según las reacciones de la víctima, amenazando la concordia conyugal, la carrera política o la vida de la esposa o acusando de asesinato al inocente. Y la originalidad del film radica en la forma en que el empresario hace frente a los malvados sin recurrir a la policía, despertando las disidencias y la ambición de los tres delincuentes mediante un plan minuciosamente elaborado.
Que una película logra entretener, incluso interesar, más de hora y media es un mérito indiscutible. Y 52 Vive o muere lo consigue gracias a un guión habilidoso, unos magníficos actores —entre los que destacan Roy Scheider, John Glover y Ann-Margrety— una experta dirección de Frankenheimer, partidario como siempre, en sus obras dramáticas, de los encuadres rigurosos, el ritmo tenso y la fotografía contrastada.
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