(1) EL CHICO DE ORO, de Michael Ritchie.

PROTEGIENDO AL ELEGIDO
Tras alcanzar la fama y convertirse en millonario con Superdetective en Hollywood (1984), el actor Eddie Murphy interviene en la producción de su última película, una aventura fantástica en la que combina el tono humorístico de su habitual papel de afroamericano graciosillo con el exotismo de escenarios y personajes procedentes del Lejano Oriente. El resultado es bastante anodino, porque reproduce los mismos chistes malos a los que nos tiene acostumbrados y los efectos especiales que recrean la trama sobrenatural dejan bastante que desear. Quizás la próxima vez.
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