(0) GOTHIC, de Ken Russell.

LA VELADA DEL TERROR
Conociendo la afición de Ken Russell al desmadre y a la truculencia, era inútil esperar de él un acercamiento riguroso al tema del Romanticismo, movimiento artístico y cultural del siglo XIX. En Gothic, el realizador reúne en 1816 a los poetas británicos Byron y Shelley, con sus correpondientes compañeras, en una mansión suiza, donde tuvo lugar una noche de tormenta el famoso desafío literario sobre temas fantásticos que dio origen al monstruo de Frankenstein.
Pues bien, el cineasta apenas presta atención a sus personajes en cuanto adalides de la rebeldía contra el sistema establecido, sino que los convierte en peleles de un gran guiñol que, bajo el efecto de los opiáceos, liberan sus fantasmas interiores en torno a la muerte, el sexo y el incierto destino.
Y así, magia negra, citas culturalistas, psicoanálisis de pacotilla, disquisiciones metafísicas sobre el Bien y el Mal… componen un aquelarre presuntamente biográfico que debe casi todo, en su plasmación formal, a los baratos recursos expresivos del moderno cine de terror, es decir, a una sucesión de efectismos lumínicos y sonoros, un repertorio de sustos y una orgía de sangre que envuelven las convulsiones de unos actores en pleno delirio histérico.
A mi entender, Gothic es un film pretencioso y difícilmente soportable.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.