(0) LA HUMILLACIÓN, de Robert M. Young.

IMPOTENCIA Y DESESPERACIÓN
Basado al parecer en una pieza “realista” del teatro neoyorkino, La humillación se limita a mostrar con todo detalle la violencia a la que un desequilibrado violador somete a la televisiva Farrah Fawcett para, más tarde, dar la vuelta a la tortilla y mostrar, con idéntico detalle y grado de recreación, la terrible venganza de la chica.
La conclusión parece obvia: contra la violación —aquí frustrada—, castración o mejor aún la eliminación del culpable, porque ni la policía ni los tribunales garantizan la seguridad del honrado ciudadano. Y así, pese a un final acomodaticio con el agresor enjaulado, el tono de la película no es otro que el de toda esa basura fílmica que manipula y solivianta los sentimientos de los pacíficos espectadores hasta convertirlos en potenciales asesinos. O sea, la Justicia reducida al ancestral “ojo por ojo, diente por diente”.
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