(1) ESTA CASA ES UNA RUINA, de Richard Benjamin.

HOGAR, DULCE HOGAR
El cuarto largometraje de Richard Benjamin es una discreta comedia coproducida por Amblin Entertainment, la factoría de Steven Spielberg, y protagonizada por Tom Hanks, un actor en alza tras el éxito comercial de Un, dos, tres… Splash (1984).
Anna y Walter son una joven pareja que se ve obligada a mudarse. Un amigo de Walter, que es agente inmobiliario, le proporciona una auténtica “ganga” en las afueras de la ciudad. El problema es que ellos desconocen que la casa está prácticamente en ruinas y los esfuerzos para renovarla resultan desastrosos. Esta casa es una ruina aborda, por tanto, dos tramas simultáneas: el costoso y complejo proceso de rehabilitación de la mansión, por una parte, y el progresivo deterioro de la relación de los protagonistas, por otro. Todo ello sazonado con una abundante comicidad consistente en el frecuente golpe de efecto visual y en la sucesión de divertidos enredos.
El film tiene una buena presentación, destacando su acabado formal y las actuaciones de unos actores bien dirigidos. Incluso algunos diálogos consiguen paliar la endeblez de la historia. Pero la acumulación de gags llega a saturar llevando al extremo el desmantelamiento del edificio y su posterior reconstrucción, resultando demasiado artificioso. Finalmente, la naturaleza cómica de la película impone un happy end gratificante, tan convencional como inevitable.
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