(4) EL DECLIVE DEL IMPERIO AMERICANO, de Denys Arcand.

UNA RADIOGRAFÍA DE LA SEXUALIDAD POSTMODERNA
La gran sorpresa del año puede ser esta película del canadiense Denys Arcand, un retrato riguroso e implacable de los comportamientos eróticos de un grupo de profesores de Historia de la Universidad de Montreal, cuarentones cultos y refinados, en una obra que se asemeja en su estructura dramática a Mi cena con André (1981) de Louis Malle, y que comparte la crueldad de un Bergman y el lúcido escepticismo de un Woody Allen.
Pero la altura intelectual y el rigor conceptual del relato no sólo viene dado por la cualificación profesional de los personajes, sino por la actitud distanciada y reflexiva de Arcand que en modo alguno se identifica con ellos, a no ser mediante un cierto sentimiento de cómplice ironía y de profunda piedad. La película, básicamente centrada en las vivencias sexuales, elude su representación directa y son las conversaciones las que hacen manifestarse a los diversos personajes en sus recuerdos, deseos, frustraciones, temores y prejuicios. Pero curiosa y significativamente, esta sinceridad sólo funcionará cuando hombres preparando una cena y mujeres en el gimnasio se hagan sus confidencias por separado, pero no cuando todos se reúnan en torno a una mesa común, circunstancia que impondrá la discreción, la ocultación y la hipocresía.
Presuntamente liberados y modernos, formando una élite de alto estatus cultural y económico, casados, separados o solteros, hetero u homosexuales, feministas o amas de casa, sin dogmas preestablecidos, cada personaje aportará su peculiar modo de relacionarse con la pareja, ya sea de forma ortodoxa o menos convencional.
Lo que vertebra el discurso del realizador y, en buena medida, el de los personajes, es la pesimista y discutible tesis de una de las profesoras, autora de un libro, sobre la “decadencia del imperio americano”, es decir, de la llamada “civilización occidental”, y su paralelismo con el declive del imperio romano: la primacía de la búsqueda de la felicidad individual, de la belleza y el placer, en suma, del sexo, lo que coincide con la emancipación de la mujer y su adopción de roles sociales cada vez más activos y importantes. O sea, algunas de las características que definen lo que hoy denominamos “postmodernidad”.
Sin moralismos ni tesis impuestas artificialmente, Arcand deja hablar a sus personajes para que el espectador sea finalmente quien cuestione la armonía y al solidez del discurso teórico y la práctica cotidiana de una sexualidad sólo en apariencia liberada y satisfactoria, tras poner en evidencia las contradicciones, los atavismos, la fragilidad y la frustración de la mayuor parte de relaciones humanas, particularmente en el terreno erótico. Y así, parece lícito preguntarse si las vivencias de estos pequeño-burgueses son los últimos estertores de una civilización en crisis o, por el contrario, los primeros balbuceos de una nueva que se avecina.
Porque lo que el film parece apuntar es que la tradicional lucha de clases, al menos en ciertos estamentos sociales cada vez más amplios, ha dejado paso a una lucha de sexos entre hombres y mujeres básicamente incomunicados y que sólo estratégicamente erigen la cama en nuevo campo de batalla en su pugna por la hegemonía y el poder. La superioridad sexual de la mujer —su mayor capacidad orgásmica— y su emancipación profesional vienen a poner en cuestión todo el entramado machista que ha prevalecido hasta ahora.
Flota también en el ambiente, aunque el film nunca es explícitamente político, la constatación de la despolitización imperante en la generación canadiense —pero también estadounidense y europea por extensión— que se comprometió en los años 60 con el marxismo revolucionario, el Vietnam o la independencia francófona de Quebec, y que ahora se autoengaña con la pretensión de haber encontrado unas verdades más prácticas, más inmediatas y más gratificantes. En este sentido, El declive del imperio americano podría considerarse como el epitafio de la postmodernidad.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.