(0) PRIMEROS DESEOS, de David Hamilton.

EROTISMO DE POSTAL
Para algunos moralistas del sexo, el deleite de cuerpos juveniles supone un escándalo que supera lo lícito. Lo cierto es que David Hamilton, de profesión sus “flous”, realiza un cine erótico tomando como elemento fundamental a tiernas muchachas a las que fotografía en poses estudiadísimas, con luces archifiltradas y con modelitos de alta costura.
Y así, para el director inglés el placer no es el fin lógico y natural de la conquista amorosa, sino que “lo seductor” se convierte en fin de sí mismo. Nada que objetar, pues, a los cuerpos esbeltos y rostros perfectos de las protagonistas de este film, auténtico boccato di cardinali para los gourmets adictos a revistas como Playboy y similares. Lo que fastidia es la pobreza y el artificio con que todo está montado: desde el argumento de fotonovela barata a la construcción de personajes, sumidos en un romanticismo decadente, sin olvidar lo falso que resulta exhibir, por ejemplo, lencería fina y zapatos de tacón en plena excursión playera. O la escena de la masturbación, donde interesa más gesto morboso de la mano hurgando entre la ropa que la consecución del orgasmo.
Y es que entre la búsqueda de la belleza y el mero chocheo de viejo senil la distancia puede ser muy corta.
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