(3) EXPLORADORES, de Joe Dante.

VIAJE POR EL COSMOS
Imaginativo, inteligente y entretenido relato juvenil que mezcla aventura, comedia y ciencia-ficción para narrar las peripecias de tres amigos que, en su improvisado laboratorio, crean una tecnología que les permite construir su propia nave espacial y emprender un fantástico viaje interplanetario. En principio, Exploradores responde al típico film hollywoodiense dirigido al público infantil: generoso presupuesto, espectacularidad en detrimento de complejidad argumental, protagonistas de corta edad… pero logra ser un producto honrado, donde lo lúdico se consolida sin minusvalorar al espectador, donde abundante material hace constante referencia a los clásicos del género y, lo mejor de todo, donde el tono sensiblero y apocado del cine “para niños” estadounidense ha sido relativamente evitado.
Exploradores presenta dos partes bien diferenciadas, si bien se aprecia en general el apego por el acervo literario y cinematográfico de importantes autores universales. La primera cuenta los preparativos, los experimentos, los ensayos y la construcción de la nave espacial. Pese a los tópicos inevitables, el ritmo es entretenido y algunas anotaciones resultan magníficas: pasión por la ciencia-ficción de Ben, la caótica familia alemana de Wolfgang, el aspecto tomsayeriano de Darren, la función del autocine, etc. Destaca, frente a los sofisticados e inmaculados escenarios de la ciencia-ficción actual, la chapuza de astronave construida con chatarra. Se agradece el tono desenfadado de la narración donde se potencia la diversión de los juegos inventados por los protagonistas, en la tradición de los mejores relatos de la literatura y del cine de siempre.
La segunda parte tiene un especial interés. Es la del encuentro con los extraterrestres y, como ha afirmado el propio Dante, no es más que la continuación de su episodio de En los límites de la realidad (1983), aquel que implicaba los cartoons en el universo de terror. Los alienígenas son unas delirantes criaturas que habitan en unos decorados tan chapuceros como la nave de los niños y que recitan un festival incontenibles de citas televisivas y cinéfilas cuyo sentido puede perderse exageradamente por el doblaje y su focalización en la cultura norteamericana. Genial el gag del papá extraterrestre, un auténtico giro de guión que altera completamente el acento de la película. Como en la primera parte, aquí vuelve a prevalecer lo lúdico, el puro gozo por el humor, el absurdo y la diversión.
Al margen de estos aciertos, no faltan las implicaciones metafísicas y poéticas, ni la superficialidad manifiesta en todo el tratamiento del mundo cotidiano, particularmente el mundo de los adultos, pero considerando la facilidad con que el cine USA reciente explota la pura mediocridad y teniendo en cuenta la trayectoria ascendente de Joe Dante, Exploradores merece ser destacado y estimarse como una buena muestra de lo que el género puede dar de sí.
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