(3) TERMINATOR, de James Cameron.
PROGRAMADO PARA MATAR
Asumiendo funciones de guionista y director, James Cameron ha creado su primera película “de verdad” tras el fiasco de Piraña 2: los vampiros del mar (1981), del cual fue despedido cuando llevaba tres semanas de rodaje. Con mucha mayor libertad creativa, Terminator plasma en la gran pantalla una pesadilla que tuvo cuando se encontraba en un hotel de Roma con motivo del rodaje de un
anuncio comercial. En mitad de la noche se despertó, febril, y dibujó a un cyborg surgiendo de una bola de fuego. Era su Terminator.
anuncio comercial. En mitad de la noche se despertó, febril, y dibujó a un cyborg surgiendo de una bola de fuego. Era su Terminator.
Hay que reconocer que la idea de la película tiene su enjundia, inspirada en el vasto patrimonio de la ciencia-ficción de serie B de los años 50. Ordenadores de última generación toman conciencia de sí mismos en un futuro próximo y deciden, para garantizar su supervivencia, el exterminio de la Humanidad. Sin embargo, la resistencia humana logra vencer a las máquinas. En un último intento, la inteligencia artificial intenta cambiar las cosas enviando a una máquina con apariencia humana hacia el pasado para asesinar a la madre del futuro líder humano.
Así pues, combinando además numerosos ingredientes de corte fantástico y de terror —viajes en el tiempo, holocausto nuclear, rebelión de las máquinas contra el ser humano—, Terminator posee una innegable capacidad de entretener al público, con una interminable sucesión de persecuciones y matanzas dotadas de gran espectacularidad y resueltas con inteligencia, incorporando cierto grado de reflexión sobre los peligros de la ciencia, el abuso y la dependencia actual de la tecnología, la amenaza de las armas atómicas en este contexto de Guerra Fría, etc.
Si profundizamos más en el nudo de la historia, es cierto que ni la contienda entre humanos y máquinas, ni la necesidad de salvar la vida de la madre del libertador, ni la llegada del héroe del futuro al presente, comportan algo más que su condición de simple recurso tebeístico. Abundan, no obstante, los detalles ingeniosos como el aterrizaje tras el viaje temporal, desnudos y en posición fetal, y algunos divertidos chistes que relajan la intensidad de la narración. A ello hay que añadir una buena elección de actores, especialmente un Arnold Schwarzenegger que lo borda como robot asesino, Linda Hamilton como futura madre del redentor amenazada por el monstruo tecnológico y Michael Biehn como héroe venido del futuro para evitar que la máquina infernal cambie la Historia.
En definitiva, Terminator es una valiosa película de género, realizada correctamente y con un tono nada pretencioso. Se nota que se toma en serio la ciencia-ficción, demostrando un alto conocimiento del mismo.
Pau Vanaclocha
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