(3) DEMOLICIÓN, de Jean-Marc Vallée.

NEUROSIS DE NUESTRO TIEMPO
Una grata sorpresa me ha deparado este interesante y original film de Jean-Marc Vallée, un realizador de discreta trayectoria profesional en la que sólo me atrevería a destacar C.R.A.Z.Y. (2005) y Dallas Buyers Club (2013). Este drama contemporáneo que es Demolición, situado en la próspera sociedad norteamericana, viene a poner en cuestión todo el sistema de valores que lo sustenta, desde los financieros a los familiares, centrando su atención especialmente en las crisis personales, en ese desquiciamiento generalizado que algún filósofo definió como “el malestar de la civilización”.
Jack Hyllenhaal y Naomi Watts, como protagonistas, resultan decisivos a la hora de hincar el bisturí en esa locura colectiva en la que participa y de la que es víctima Davis Mitchell, un brillante ejecutivo frío y calculador que decide repentinamente cambiar de vida tras un accidente de tráfico en el que muere su esposa. La indiferencia inicial, la rabia, la rebeldía y la agresividad que le impulsan luego a destrozar todo cuanto le rodea es consecuencia de la propia insatisfacción, de la que se hace consciente en medio de una sociedad de consumo en la que los bienes materiales, los objetos lujosos y el confort no bastan para llenar ese vacío interior que sólo halla consuelo en las relaciones afectivas que enriquecen.
Romper con una vida llena de secretos y de mentiras acaba siendo pues el objetivo de quien ha descubierto que tanto los negocios como los matrimonios de conveniencia son trampas que no nos proporcionan la felicidad. Hay que empezar de nuevo tras demoler lo viejo y regresar a la perdida inocencia y a la sencilla libertad de los orígenes. Y ello superando esa soledad que muchos intentan compensar con todo el ruido y la furia de una multitud que casi siempre nos fagocita y anula.
Demolición es un magnífico ejemplo de cine moderno en el que ya no hay psicologías sino conductas, no hay mensajes sino personas que viven, rupturas espacio-temporales que son expresión de una aventura existencial única, realidades que se mezclan con fantasías, actos que se constituyen en metáforas y gestos explícitos que no significan tanto como lo mucho que sugieren. La realización es exquisita, llena de talento, sensible, impecable. Y el placer se ve incrementado por una banda sonora en la que podemos escuchar hermosos y evocadores fragmentos de canciones y de piezas clásicas que despiertan la melancolía de nuestros recuerdos.