(1) EL VERANO DE SANGAILE, de Alanté Kavailé.

CINE LGTB LITUANO
Este film lituano—coproducido con Francia y Holanda— es el segundo largometraje de Alanté Kavailé, nacida en Vilna, capital del país, una actriz que cursó estudios de Bellas Artes en París para dedicarse profesionalmente a la fotografía y al vídeo. Premiada y reconocida —inmerecidamente, en mi opinión— en algunos festivales cinematográficos, la película aborda la crisis y desorientación de la adolescencia y figura como la primera muestra LGTB del cine lituano al mostrar tímidamente el amor y las relaciones sexuales entre la burguesa Sangaile, tímida e introvertida, y Austé, una joven camarera más abierta y decidida. A ambas les une también su común afición a las acrobacias aéreas.
Mi opinión sobre la mediocridad de El verano de Sangaile choca probablemente con otros criterios a causa de la excepcionalidad de un cine erótico rodado en una pequeña república báltica que logró independizarse de Rusia en 1991 y que actualmente pertenece a la OTAN y a la Unión Europea. Pero creo que su guión es de una excesiva elementalidad y que los personajes están muy superficialmente definidos. La conflictiva relación entre padres e hija —el contraste entre un contexto totalitario y otro democrático más liberal— apenas está explicado, así como las pulsiones autodestructivas de Sangaile.
Todo lo que vemos en el film ya lo inventó el refinado fotógrafo británico David Hamilton en sus películas de los años 70 y 80 —clasificadas “S” entre nosotros—. Su sofisticado erotismo era el propio del papel cuché envuelto en celofán, con desnudos cuerpos juveniles fotografiados en calculadas poses e iluminados en flou o mediante focos estratégicamente situados que resaltaban la plasticidad de las imágenes.
Cuando falla la historia —tipos humanos, conflictos, diálogos, psicologías— sólo nos queda un esteticismo tan vacío como pretencioso, una sucesión de bellos planos que algunos confunden con cine de calidad, incluyendo idílicos paisajes, decorado natural que en esta ocasión forman las verdes praderas, los tupidos bosques y los cristalinos lagos.