(1) TODO EL SANTO DÍA, de Paolo Virzì.

EL COSTE EMOCIONAL DE LA INFERTILIDAD
Dos años después de su estreno en su Italia natal llega a nuestras pantallas Todo el santo día, una comedia agridulce que retrata las dificultades de una pareja treintañera por tener descendencia y los inevitables conflictos que ello origina en los protagonistas. Basada en el relato La generazione, de Simone Lenzi, la película indaga —aunque sin profundizar— en el desgaste emocional que genera en una peculiar pareja la frustración por no lograr ella quedarse embarazada.
La primera mitad del film narra, bajo el prisma de la comedia amable, la complicada convivencia doméstica por el trabajo nocturno de él y diurno de ella, mostrando una variada sucesión de situaciones cotidianas, en una acertada descripción de su relación afectiva. Pero el intento frustrado de procrear por medios naturales empieza a afectarles de diferente manera, comenzando un proceso agotador de fecundación bajo prescripción médica que les coloca en una situación límite. Empieza aquí un tono melodramático que rompe la coherencia del relato cayendo en innecesarias reiteraciones y en fallidos excesos sentimentales. Quizá, y esto lo digo sin haber leído el libro del que parte, el origen literario de la obra acaba siendo un lastre para la agilidad de su traslación al medio fílmico.
Como película eminentemente romántica, Todo el santo día tiene sus momentos y la buena química de los actores protagonistas confiere al retrato de personajes una gran credibilidad, pero a medida que se emergen los problemas el paisaje se va difuminando para derivar en una convencional crisis matrimonial cuya resolución es un calco de las típicas producciones hollywoodienses.
Una de las virtudes del film, sin embargo, es la música que enfatiza las situaciones que viven los personajes. De hecho Todo el santo día sigue la trayectoria musical de la parte femenina de la pareja que encarna Thony, nombre artístico de Federica Victoria Johanna Caiozzo, cantante y compositora italiana. Paolo Virzì, el realizador responsable de la cinta, escuchó With the Green in My Mouth, su primer disco en solitario y le encargó que compusiera la banda sonora además ofrecerle el papel protagonista junto al actor Luca Marinelli, a quien hemos visto en La soledad de los números primos (2010) y también en la reciente La gran belleza (2013).